Errores comunes al educar a nuestros hijos


“Nadie nace sabiendo cómo ser padre”. Es un proceso que se debe de experimentar y aprender. 

  • No hacerlos participes de las decisiones familiares. Muchas veces no tomamos en cuenta la opinión de los pequeños por el simple hecho de tener una corta edad. Como integrantes de tu familia deben ser escuchados y formar parte de las decisiones, obviamente no de las que impliquen un mayor conocimiento o entendimiento, pero ellos también deben tener voz y voto.
  • No escucharlos. Deja que se exprese, que te explique las situaciones a las que se enfrenta en la escuela o con sus hermanos, no des por hecho lo que te va a decir. Si lo escuchas le ayudarás a ser seguro y confiado en sí mismo, y además podrás tomar decisiones más acertadas.
  • Disparidad en criterios de los padres. Como pareja establezcan un plan de educación, determinen qué está permitido y qué definitivamente no, si no creará confusión y los niños irán de un padre a otro dependiendo lo que quiera; a la larga eso ocasionará que no tengan límites y disciplina.
  • Sobreproteger. Es completamente normal querer que nada malo le pase a los hijos, pero no es bueno para ellos no dejarlos que tomen sus propias decisiones, que aprendan de sus propios errores o que se hagan responsables de las consecuencias de lo que han decidido. Hacerles la tarea, contestar por ellos, hacerles todo y no dejarlos valerse por sí mismos ocasiona personas inseguras y dependientes.
  • No reconocerle sus aciertos. Es fácil fijarse en los errores y malos actos realizados, pero también es importante reconocer lo que hacen bien, sus virtudes, logros y metas cumplidas, esto le dará más motivación y lo hará sentir seguro.
  • Respeta su personalidad. Cada niño es diferente y tiene una personalidad única e irrepetible, no quieras cambiarlo y que en sea tan extrovertido o tan parlanchín como otros niños, déjalo que descubra sus propias maneras y caminos para enfrentarse al mundo.
  • Compararlo. Relacionado con el punto anterior, es un error común querer educarlo de la misma forma que educaste a sus hermanos, porque aunque llevan la misma sangre ambos tienen diferentes modos de ser y de comportarse. Otra cosa que no debes hacer es compararlo con hermanos, primos o amigos, esto mermará su confianza en sí mismo.
  • Cambiar las reglas. Los límites y prohibiciones deben ser siempre las mismas y no depender de tu estado de ánimo o de si sientes la necesidad de compensarlo; eso lo ayudará a saber que no siempre las cosas son como desea y que debe de respetar las reglas impuestas en casa.


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